domingo, 2 de diciembre de 2018

El poder de la lógica

Dos partidos saldados con victoria. Dos partidos de luces y sombras. Dos partidos en los que se afianza Solari. Dos partidos, un de Champions y otro de Liga, con un protagonista. Marcos Llorente salió del ostracismo al que se le había sometido y fue luz en el centro del campo del Real Madrid.

Como escribí hace unos días, Solari está haciendo cosas lógicas. Si se lesiona el lateral izquierdo titular, pongo al lateral izquierdo suplente. Si es el derecho, lo mismo. Y si me falta mi mediocentro, Casemiro, pongo al sustituto natural. Lógica en estado puro. El único partido que perdió fue en el que improvisó y puso a Ceballos en algo que no es lo suyo.

Llorente ha tenido su oportunidad y ha estado, probablemente, por encima de las expectativas. Nunca una palabra más alta que otra y ningún roce que se le conozca. Solamente trabajo. Porque al final se le paga por hacerlo. Y la ha aprovechado.

Tácticamente y ciñéndose uno a aspectos básicos del fútbol, ha estado soberbio. El mejor del equipo, y viendo de donde viene, sorprende. El año del Alavés, sostenía a todo el equipo y cuando se fue, le costó al equipo de Vitoria hacerse a la idea hasta que Abelardo encontró la solución.

Tocar fácil, no complicarse, cortar balones, tapar las subidas del lateral o de los centrales. En todo momento ha sabido estar en su sitio. Y además, una arrancada contra el Valencia que demuestra todo el potencial que se le presuponía. Un potencial ocultado por los entrenadores que no supieron aprovechar sus virtudes.

Cuando estás en una situación así, lo normal es bajar los brazos, agachar la cabeza y resignarse. Pero por lo que se ve, ha sabido llevarlo en todo momento y dar la cara. Cuando le ha llegado el momento estaba listo. Así se quedó Casemiro en ese puesto, haciendo las cosas bien. Y así es como se va a quedar Marcos Llorente. Sabiendo que incluso en el momento más oscuro, ha sabido sobreponerse y convertirse en fundamental.

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