domingo, 13 de enero de 2019

En la isla de Isco

Partido contra el Betis del Real Madrid. Multitud de bajas en el frente de ataque blanco. Todo el mundo prevé un Isco titular. Que no estén Lucas o Bale y que Vinicius haya estado enfermo, daría a entender que tiene un hueco. Al final el único hueco es para la sorpresa, el malagueño se queda en el banquillo.

La solución comienza a antojarse complicada salvo que alguien ceda. Hay algo que no nos cuentan o no sabemos o que no adivinaremos hasta que dentro de unos años los protagonistas hablen. La ruptura es algo evidente. No es normal que el que debe ser factor diferencial se quede en el banquillo y no goce de la oportunidad salvo aquellas de máximo media hora.

Alguien tiene la culpa de la situación y no es sólo uno. El primero es el propio jugador. Se le ve con desgana, sin aportar ganas ni ilusión. Dicen que es magia pero el fútbol va más allá. El lucha y brega, es nunca darse por vencido. Parece que el sí se ha dado por perdido. Con Zidane o con Ancelotti paso de una situación que empezó de forma similar a ser imprescindible.

Una lesión de Bale dicen que le dio la oportunidad, aparte del entrenador. Realmente fue la comprensión de aquello que le hacía falta al equipo, carácter y entrega. Compromiso. Con su trabajo, Isco se ganó a todos. El mejor Isco que se ha visto en el Bernabéu.

La culpa es de Solari. Que no le convence el futbolista es más que evidente. La suplencia continuada es clarificadora. Parece que si hay que sacar al utilero de titular es más sencillo que sacar al de Benalmádena. Algo no encaja. Para Lopetegui y Luis Enrique era y es imprescindible. El entrenador argentino no lo ve.

Hablan de bajo estado de forma, pero en los ratos que ha podido ha sido de lo más potable de un Madrid en el que es fácil destacar. La responsabilidad del entrenador es recuperar a uno de los principales activos del club. No aislarle. Y eso parece que es lo que ocurre. No hay un compañero que salga a defender o a arropar al malagueño. Más bien mensajes velados que hacen evidente un distanciamiento. Isco está en una isla y no quiere mojarse. Para salir de la isla no le quedará otra que hacerlo.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

El Rey de los Momentos

Hay jugadores destinados a ser estrellas como pueden ser Messi o Ronaldo. Y lo demuestran casi en cada momento. Hay otros que se les intuyen que pueden ser eso si no lo son ya como Mbappé. Hay otros a los que se les presupone, pero sólo surgen en momentos puntuales, cruciales, aunque puntuales.

Mañana se hablará de golpe en la mesa, de menudo jugador y otros muchos titulares al respecto. Alguien que cuesta 100 millones de euros tiene que estar siempre. Mucha expectativa y momentos. Muchos momentos dispersos en el tiempo. Muchos momentos pero separados en el tiempo.

Aún recuerdo como rompió por la banda a un central colosal como es Bartra, que lo es. O como ha hecho goles en finales de Champions. Una chilena para romper un partido en la última final del Madrid. Hoy tres goles ante el Kashiwa.

Pero son chispazos, momentos. Ocasiones en las que parece que es un futbolista único. Pero no lo es. Benzema da mucho más la cara en los partidos. Se ofrece, la busca y, aunque falle, lo intenta.

Otros están eternamente doloridos por cualquier contacto. Por ligero que sea. Menos mal que no juega en el fútbol de hace 30 años, no hubiera aguantado.
Chispazo y grandes apagones. Todos en poco tiempo. Un expreso al que se le acaba el carbón al poco tiempo.

Gareth Bale llegó al Madrid porque probablemente no pudo suceder el fichaje de Neymar, que se fue al Barcelona a pesar de todo lo que ya había acontecido. Destacó en el Tottenham, en mi opinión sobre todo como lateral. Pero los que saben de fútbol le ven potencial. Allá donde ven potencial, yo veo un lacito cada vez que surge una circunstancia como la de hoy, tres goles. La oportunidad eternamente perdida de recuperar una inversión incierta. El que dice que se va tras la final de Kiev, pero que nunca se asentó definitivamente.

El día que la regularidad llame a la puerta del galés, es posible que tenga que rectificar y lo haré. El día que la regularidad llame a su puerta, el Madrid o el equipo en el que esté lo agradecerán. Lo agradecerán sus compañeros y los aficionados. Sobre todo, lo agradecerá el deporte.  Hasta ese día no será el referente. No será la estrella. Mientras tanto será el jugador de los momentos. El Rey de los Momentos.

jueves, 13 de diciembre de 2018

España ya no manda

El pasado verano fue simbólico. España llegó al Mundial entre, tal vez, las cuatro favoritas. Es cierto que la situación con Lopetegui se utilizó como una excusa. Aún sigo pensando que se hubiera hecho algo más con él en el banquillo, él hizo el equipo y el debió acabar. No entro en si el Madrid lo hizo bien o mal, pero como todo profesional, cuando le ofrecen algo mejor, lo valora e interpreta. Caímos en octavos aunque con una pobre imagen en todos los encuentros excepto contra Portugal.

En la Champions vemos una situación peculiar. No porque haya tres equipos españoles en octavos, son las sensaciones. El Atlético ha quedado segundo de grupo porque no ha brillado donde debería venirse arriba. Una final en su estadio es una oportunidad inigualable, pero aunque digan que nunca deje de creer, cuando llega la máxima competición europea llegan momentos de apagón que dejan en evidencia ese leiv motiv.

El Real Madrid tendría que haber hecho más y sólo se le recuerda un partido grande en la fase de grupos, el de Roma. Aquel partido significó el principio del fin de Lopetegui (quién lo diría hace un año), el punto álgido de una temporada que no hacía más que comenzar pero que acabó con un despido. El halago debilita y cada día va debilitando más.

En cuanto al Barcelona, más de lo mismo. El partido de Wembley contra el Tottenham fue una exhibición. Muchas veces se deja llevar sabiendo que hay un Messi. El jugador que es capaz de cambiar un ritmo y un partido en un suspiro. Es un suspiro en el que le dejan recibir y realizar lo impensable. Y Dembelé, el que sólo llega tarde a los entrenamientos pero que en los partidos no hace falta llamarle 20 veces para ver donde está. Aparece. El resto se traduce en algún rato bueno, sin embargo, sin mucha luz.

El Valencia, simplemente se perdió por el camino. Lo que sucedió ante el Young Boys es simbólico de lo que está ocurriendo en ese equipo, al igual que el partido de hoy contra el Manchester United. Irregularidad. En la fase previa se paga. Más tarde y el Madrid sabe de eso, hay que vivir el momento. De momento los de Mestalla se van a tener su momento en la Europa League.

Y si de Europa League se trata, tendremos que ver. Esa irregularidad de los ché ha sido corroborada por nuestros representantes. Lo normal es que tengamos continuidad con los tres conjuntos. Betis, Sevilla y Villarreal han sufrido más de lo que hubieran debido.

El fútbol español lleva viviendo años en la cúspide en todos los años y eso es complicado de sobrellevar. En ocasiones hay que considerar que los cambios han de llegar cuando estás arriba, porque cuando no lo estás es más complicado. Es posible que haya que cambiar, hacer retoques, que permitan al fútbol español mantenerse arriba. El fútbol español debe seguir un proceso, quedarse con lo bueno y corregir los errores. El fútbol español no sabremos si va a seguir mandando. Debe pulirse. Ahora no manda como lo hacía hace no mucho.