domingo, 25 de noviembre de 2018

No queremos violentos


Ayer estaba viendo un muy buen partido de fútbol entre Atlético y Barcelona. Fue bello, sobre todo la segunda parte. Pero no disfrute del todo. No conseguí gozar con la intensidad en el campo. Estaba pendiente de otro partido, un partido de máxima rivalidad, un Boca River.

Este deporte es un juego que nos hace disfrutar y así debería ser. En todas partes hay gente indeseable, eso es claro, pero últimamente veo demasiada de esa gente alrededor del fútbol.

Fútbol es fútbol que decía Bujadin Boskov, y así tiene que ser. No es que haya piques y vaciles, esa es una parte preciosa del fútbol, es que no tiene que haber violencia. Las únicas patadas se le dan a un balón.

Esta vez ha sucedido en Argentina. Pero no pensemos en que están locos, porque aquí se ha vivido también. Ya ocurrió lo de Madrid Rio hace cuatro años  u otras quedadas entre aficionados radicales para pelearse. Poco a poco, también es verdad, se ha ido desplazando a estos aficionados de los campos de juego, pero parece ser que no lo acaban de entender (se han debido llevar muchos golpes). Estos días he visto una noticia que me sobresaltó. Padres pegándose en Murcia en un partido de sus hijos. Lo primero es educar. Estas situaciones no tienen que ocurrir nunca y hay que hacer lo que sea necesario para erradicarlo

Los organismos deben dar la talla. Estar a la altura. No marear la perdiz y tomar decisiones. Ayer, la Conmebol realizó un sainete. Se juega en una hora, en dos, vamos a ver si están bien los jugadores de Boca... Una historia de mal gusto. Si los aficionados no saben comportarse, se suspende y se acometen acciones por radicales que sea. Pero lo de ayer no era la actitud. Me da mucha pena que por todo esto, se dañe la imagen de un deporte que adoro.

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