Y hablando de oportunidad, me alegro de la que se le ha brindado a Solari. Si no le das a alguien esa oportunidad, no sabrás si podrá hacerlo. En esta ocasión, ha sido algo que se ha tendido a normalizar pero en la vida, muchas veces, lo que tiene sentido no sigue ninguna lógica. Cuando hoy Santiago se siente en el banquillo, la tendrá toda.
Entró como una urgencia para sustituir a un Lopetegui en el que yo mismo creía y en el que si se ven los partidos que disputó el Madrid se veía un trabajo y una identidad aunque y como comentaba hace un momento, con ciertas situaciones que eran normales y no lógicas.
Al final llegó Solari y decidió poner a Odriozola y a Reguilón, dos chavales sin mucha experiencia y que en cuatro partidos se ganaron el respeto de todos demostrando que habían aprovechado la oportunidad. Me harté de oír comentarios en televisión y radio sobre Lúcas Vázquez, jugador infravalorado tal vez por Lopetegui, del estilo de le quita espacio a Odriozola. No fue así, aunque para mí hay mejores jugadores, no hay nadie que trabaje más que Lucas.
El nuevo entrenador ha tomado decisiones. Ver un banquillo en el que están Isco, Asensio y Modric, como sucedió en Vigo, es una locura en circunstancias habituales. En las que se estaban desencadenando, no. Los tres, y por diferentes situaciones, no están en su mejor estado. Modric por llegar a la final y no haber hecho pretemporada, Isco por su lesión o Asensio porque le está costando entender que en su situación se le va a pedir más siempre. Al mallorquín, la oportunidad le está costando, pero si trabaja y es consecuente, será todo aquello que se le presupone.
Lo que quiero decir es que Solari no se ha dedicado a hacer el indio como dice su sobrenombre, sino que le ha aportado una lógica a un equipo que la había perdido. Ha tomado decisiones y ha cogido los mandos con brillantez. En rueda de prensa se desenvuelve con soltura. Y principalmente, ha aprovechado para decir que en el banquillo blanco, es él el que manda.
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