Es la pregunta que todos nos hacemos tras los últimos acontecimientos. Empezó todo con Ricky Rubio, un lance de partido con Kobe, una mala pisada, una mala caída, un mal momento. Fue un momento de incertidumbre, sobre un futuro a corto a plazo, que se saldó con una mala noticia, la de una lesión de ligamentos en la rodilla que alejaba el sueño de finalizar una temporada de ensueño en su debut.
Lo que ha hecho Ricky esta temporada ha sido espectacular, o mejor dicho, un espectáculo. Su impacto, mayúsculo, en una ciudad fría como es Minneapolis, ha conseguido encender el fuego del baloncesto con sus pases inverosímiles. Pero no sólo en esta ciudad del norte de los Estados Unidos, de Rubio se habla en todo el país. Es un jugador que ha tenido un video promocional de la NBA. Su batalla con Kyrie Irving por ser el mejor novato estaba siendo grande, aunque supieramos para quién era el premio, más si cabe tras la lesión.
La lesión ha sido devastadora para los Timberwolves, que lo superan con su equipo joven apoyado en un Kevin Love, que debería aparecer en el Primer Equipo de la NBA cuando llegue la hora de las menciones. Pero en el horizonte de Ricky hay otra competición, los Juegos Olímpicos, y con una sonrisa, que demuestra una madurez insospechada en una jugador de 21 años, dice que hará todo lo posible por jugar.
Y el problema sigue cuando unas semanas más tarde se conoce que otro pilar se derrumba por otra lesión. Rudy Fernández, que se ha convertido en un jugador de rotación de los Nuggets, donde puede que se haya reencontrado en los minutos más que decentes que tiene - o tenía - con su juego, sufre una hernia y también peligra la Olimpiada para él.
Calderón, que está haciendo una temporada brillante en Toronto, está teniendo problemas en el tobillo. Como siempre, con una brillante dirección de un equipo descabezado por la marcha de Bosh y su mala gestión en selecciones del Draft hasta ahora - Bargnani no puede ser un número 1 de Draft y Valanciunas, número 2 en la pasada selección, todavía no se ha visto lo que puede aportar -, es uno de los bases más sólidos de la competición.
Pero, ¿hay que preocuparse? Estos jugadores son importantes pero tenemos la mejor generación de jugadores de la historia, con Pau Gasol a la cabeza y su hermano Marc de escudero, el guerrero Reyes, un fijo con sus tapones en las mejores jugadas de la NBA como Ibaka, la bomba de jugador que es Navarro, el increíble Llull. Yo no estoy preocupado, sólo tengo ganas de que llegue la hora de la verdad, el partido contra Estados Unidos, espero que en la final, y ver una final como la de Pekín, pero con la medalla de oro para los nuestros.
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