Carlo Ancelotti era el indicado o no, pero la apuesta por el
italiano se ha saldado como un acierto para el Madrid. En casi todo momento ha
sabido pulsar la tecla adecuada y efectuar los cambios necesarios para que la
máquina siga funcionando aunque el registro sea diferente. Los últimos encuentros
son prueba de ello, siendo un rotundo éxito de forma y contenido. El factor
clave, la presencia de Isco en el once titular.
"La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos
hubiere ocurrido pedir", así rezaba Alphonse de Lamartine, un político
francés del siglo XIX. Para la situación no podría ser más acertada. El retorno
de los internacionales le trajo al preparador transalpino una ingrata sorpresa,
la sospechosa lesión de Gareth Bale. Pues nada más lejos de la realidad, la
casualidad le hizo una visita a Carletto.
Jugaban contra el Levante y el veloz galés se quedaba de
forma inesperada en el banquillo y en su lugar salía Isco. Un solo cambio nunca
decidió tanta la manera de jugar de un equipo. El equipo blanco se gusta con el
balón, genera más fútbol y consigue lo que se ha convertido en la virtud de
moda, el equilibrio. El malagueño sabe que tiene que sacrificarse en defensa, y
no sólo lo ha conseguido, sino que le dio una pista a James Rodríguez y le
convenció de que debía hacer lo mismo.
El resultado, los mejores partidos del Madrid en lo que va
de campaña y probablemente desde la llegada del técnico italiano. Y no en una
semana cualquiera, en la del más difícil todavía, viajar a Anfield y el Clásico
en el Bernabéu. Todos sabemos cómo acabó aunque cada cual puede sacar su
interpretación. Se dice que el aspecto que ha perdido el Madrid es el
contraataque por la ausencia de la velocidad de Bale. No obstante, en ocasiones
la velocidad no va con las piernas. A
veces, tiene que ver con la velocidad de pensamiento y la del balón. Algunas de
las ocasiones y goles llegaron en la suerte del contragolpe pero sin renunciar al fútbol de posesión.
Ahora se recupera Bale y llega el momento de tomar
decisiones. Habrá momentos para los diferentes estilos que pueden interpretar
los de Chamartín pero, ¿sería justo sentar a Isco o James cuándo están
rindiendo actualmente? ¿Se ha ganado Bale ser titular con un comienzo de año
discreto? Opino que el galés es un grandísimo jugador, pero es probable que su
alto precio acabe pesando por encima de los méritos personales y del bien
común.
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