El balonmano ha quedado herido de muerte en nuestro país y habrá que ver como se recompone. La decisión de hacer desaparecer al Atlético de Madrid va a ser algo de lo que costará recuperarse. Un equipo que es una potencia en Europa y en el mundo y que consiguió recuperar el ánimo por este deporte en la capital, pero sólo durante estos dos últimos años que duró el sueño.
Cuando el CB Ciudad Real, en el que jugaban muchos de los mejores del mundo, se fue al garete, se abrió una solución. El equipo se trasladó a Madrid para recuperar un equipo histórico como el Atleti, que nos había dejado en 1994 sin representación capitalina. Volvió como ilusión, una ventana al crecimiento de un conjunto ya grande, que había sido campeón de Europa en tres ocasiones. Una situación inmejorable.
Durante su estancia en Madrid siguió compitiendo con calidad y en igualdad contra el Barcelona y los gigantes alemanes. Llegó para ganar una Supercopa y el Mundial de Clubes. Pero esto no fue suficiente. Lo que parecía una cura al final ha supuesto un parche.
Es una pena que, con una selección campeona del mundo en 2013, los problemas económicos estén devastando una Liga ASOBAL, que quedó como una competición que se disputaban dos equipos, y a partir del año que viene, tan sólo el Barcelona, que se queda prácticamente sin un rival en el torneo local, con el peligro que eso pueda suponer. Al final, todo ha sido un parche de dos años, pero la herida continúa abierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario