viernes, 27 de abril de 2012

Víctima de su propio conformismo

Se podría decir que la Liga es suya, pero el problema es que el principal objetivo, el de La Décima, no se ha conseguido. La temporada no es un fracaso ni mucho menos, pero no es un éxito rotundo. El Real Madrid se ha quedado a las puertas de la gloria aunque el nombre de este equipo quedará grabado en la historia.

El Madrid quedó eliminado de la Champions por falta de ambición, aunque los jugadores dirán que no les falta, pero quedó fuera de la competición por su actitud conformista. Quedó demostrado en la ida de las semifinales en el Allianz Arena, cuando tras el empate, cual equipo pequeño, se echó atrás y se puso a defender un buen resultado, pero no para un equipo grande.

Pero si en algún momento se puso de manifiesto esta actitud, fue en la vuelta en su estadio. El famoso 'miedo escénico' sólo se vio reflejado en los primero 20 minutos de partido, cuando atacó y se puso con dos a cero en el marcador y el pase a la final en la punta de los dedos. 

A partir de entonces, el error, inducido por la escasa capacidad de reacción demostrada durante el enfrentamiento ante el Bayern de Mourinho. El Madrid volvió a cometer los mismos fallos, se encerró atrás y se dejo dominar por un equipo grande, pero no más grande que ellos. Siendo infiel a su historia defendió en su área, en lugar de ir a por más, y pagó el precio.

El equipo demostró sus carencias, se partió, demostrando que en el transcurso de la contienda necesitaba una serie de cambios para reforzar el centro del campo espeso en defensa por su desgaste defensivo. Si el Madrid quiere ganar la principal competición europea debe reforzarse principalmente en esa posición, clave en el fútbol de hoy en día, porque en posiciones ofensivas la solvencia está más que demostrada.

El Real Madrid no fue el equipo que la historia dice, ese equipo ofensivo temido haya por donde iba, fue eliminado por su eterno rival de Múnich, superior en casi todo momento. El equipo merengue se eliminó a sí mismo víctima de su propio conformismo definido en la actitud de su máximo responsable. Los errores deberían convertirle en un equipo más fuerte, y el año que viene, es posible que si no cae en ellos, pueda por fin levantar un trofeo que ha hecho del Madrid uno de los conjuntos más admirados en el mundo.

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